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Cirugía menor y estética de alas

Acá se describe el procedimiento para reparar las alas de las mariposas cuando estas no les sirven para volar. También le dicen «transplante de alas», pero no diría que es exactamente un transplante. Aunque nunca intenté hacerlo, voy a explicarlo acá por si alguien quiere probarlo, ya que todas las descripciones que he leído en Internet están en inglés y no parece que hayan sido traducidas al castellano.

Me voy a basar principalmente en las instrucciones que figuran en el sitio web de la Live Monarch Foundation. Esta es una fundación que se dedica a la conservación de las mariposas monarca del norte (Danaus plexippus); como las poblaciones de monarcas de Norteamérica están disminuyendo, para ellos es importante que todas estas mariposas puedan volar.

Lógicamente, el procedimiento que indican se puede aplicar sin muchos cambios a la mayoría de las especies de mariposas diurnas de tamaño mediano a grande. Con las mariposas nocturnas grandes se podría intentar, pero tal vez haga falta experimentar primero si los adhesivos «agarran» a pesar de la pelambre que suelen tener los polillones (nota mental: hacer pruebas con alas de mariposas muertas).

No arreglar lo que no está roto

En primer lugar hay que tener presente que esta «cirugía» es solamente para las mariposas que no pueden volar. El que las mariposas tengan las alas dañadas no siempre les afecta la capacidad de vuelo: las que ya llevan muchas horas de vuelo pueden tener las alas muy rasgadas y sin embargo volar lo más bien.

El reemplazo de alas tampoco puede hacerse si en el ala a reparar no hay suficiente espacio para pegar un ala nueva.

Christopher, de Live Monarch, sostiene que si una mariposa vuela con dificultad porque le falta no más del 30% de la superficie de un ala (supongamos, de la punta de un ala) se puede simplemente cortarle un pedazo de ala del otro lado para que quede igual, ya que en ese caso la dificultad viene de la falta de equilibrio.

Cuándo intervenir

El reemplazo de ala es recomendable cuando una mariposa tiene fuerzas para volar pero no lo logra por deformaciones o roturas en sus alas. Las roturas que incapacitan para el vuelo son generalmente las que afectan a los márgenes costales de las alas, que tienen una estructura rígida.

También se pueden hacer arreglos tipo «entablillado» con ayuda de tiras muy finitas de cartulina delgada pero resistente, en los casos en que el margen costal de un ala se haya quebrado pero no falte un pedazo de ala.

Hay por supuesto quien duda de que el reemplazo de alas tenga mucho sentido, ya que por las alas originales de una mariposa corre hemolinfa y por las implantadas no, lo que reduce sus funciones (las alas originales sirven para volar y para regular la temperatura de la mariposa, mientras que las implantadas solamente sirven para volar).

Elementos necesarios

  • una toalla chica
  • dos pinzas: una chica y otra más grande (la pinza grande se puede sustituir por un gancho de alambre; ver más abajo)
  • tijera afilada
  • adhesivo de contacto, también llamado cemento de contacto
  • pedacitos de cartulina liviana y resistente (como la de las cajas de medicamentos)
  • escarbadientes
  • hisopos
  • talco
  • un ayudante con buena vista y pulso firme, por las dudas
  • alas de repuesto

Lo más llamativo de la lista de elementos necesarios es ese último ítem, ¿no? Es el más difícil de conseguir, porque para tener un stock de alas de repuesto hay que dedicarse a recolectar mariposas muertas por anticipado. O pedir alguna en un mariposario. Pero bueno, así es la cosa.

Procedimiento

Preparar el equipo sobre una mesa o escritorio, e ir a buscar a la mariposa a operar. En este momento lo más difícil será lograr que no mueva demasiado las alas; algunos optan por poner a la mariposa en un vaso o frasco y dejarla en la heladera (¡no en el freezer!) durante unos pocos minutos para que el frío la adormezca, y luego trabajar en un ambiente con poca luz para que no tenga ganas de volar.

Ubicar a la mariposa sobre la toalla con las alas extendidas y sin que aletee. Esto último es difícil de lograr, y para eso es que se usa la pinza grande, colocándola acostada sobre la mariposa de forma que las dos «patas» de la pinza reposen sobre las alas, una a cada lado del cuerpo de la mariposa. En caso de no tener una pinza grande, se puede usar el gancho de alambre de una percha o un óvalo de alambre grueso doblado a mano. Tener a mano todos los demás elementos.

Usar la tijera para recortar un pedazo de ala de repuesto y el ala dañada de la mariposa dejando una demasía para que se solapen, a fin de poder pegarlos entre sí. Es importante que la forma del ala nueva complete bien la porción que le falta a la mariposa en su ala dañada; si el repuesto es de otra especie o de otro color no importa tanto.

Pegar el pedazo de ala de repuesto con el ala original. Usar un escarbadiente para aplicar el pegamento y pegar las porciones del ala original y del ala de repuesto que se solapan, usando la pinza chica para trasladar el repuesto hasta el lugar adecuado. Alinear con cuidado las dos partes. Tratar de que los márgenes costales y las nervaduras coincidan bien. Si hay otra ala debajo de la que estamos reparando, revisar que no se le transfiera nada de pegamento. Apretar el lugar recién pegado con los dedos para que se adhieran bien las dos superficies. Usar el hisopo para espolvorear el talco en el área donde se usó pegamento, a fin de absorber y secar cualquier excedente.

Si la unión entre los dos pedazos de ala parece no haber quedado muy firme, recortar una tirita del cartón delgado y pegarla sobre el margen costal a modo de refuerzo, excediendo el arreglo en 3 mm de cada lado.

Post–operatorio

Después de la operación es posible liberar a la mariposa inmediatamente. Pero si se trataba de una mariposa silvestre y calculamos que estuvo un tiempo sin poder volar, antes de liberarla se le puede ofrecer un poco de néctar artificial para que reponga fuerzas.

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