Mariposa de las chilcas

Nombre científico | Rothschildia jacobaeae

Nombre común del adulto | mariposa de las chilcas, mariposa de las ventanas

Nombre común de la oruga | oruga de las chilcas

Familia | Satúrnidos (Saturniidae), subfamilia Saturniinae

Planta nutricia | chilcas y carquejas, sarandí colorado, yerba mate, jacarandá, frutales, ligustro… también encontré citadas a la ligustrina y al aliso de río

Diapausa invernal | como pupa; eclosión en septiembre u octubre

Tipo de desove | huevos agrupados

Longitud máxima de las orugas | unos 8 cm

Pupación | pupas dentro de cocones de seda suspendidos de ramitas

Longitud de las pupas | unos 3 cm; capullos de unos 4,5 cm

Envergadura alar | machos 13 cm; hembras ?

Alimentación de los adultos | nada

Manejo | orugas poco o nada urticantes; adultos inofensivos

Hallable en ciudades | raramente; a veces atraídas por ligustros de la parquización urbana

Observación | antiguamente muy comunes

Rothschildia jacobaeae moth, male. Photo: Gabriela F. Ruellan.
Las alas tienen unas áreas sin escamas que son semitransparentes; a veces se les dice «ventanas». En la foto se ven de color plateado.
Rothschildia jacobaeae moth, male. Photo: Gabriela F. Ruellan.
Vista lateral del mismo ejemplar

Se trata de una mariposa nocturna grande y espectacular, que tiene además la propiedad de producir una seda muy buena. Lamentablemente ya no es tan común en esta región como lo era antes.

Hasta la fecha solo tuve un ejemplar de esta especie que fue encontrado cuando ya era una oruga grande, por lo que forzosamente tengo que comenzar por esa parte del ciclo.


Un lujo total

Es un lujo encontrarse con la oruga de este polillón, que parece hecha de bombón de fruta (sería de pera, porque es verde), con unos preciosos adornos azules de estilo extraterrestre, y rayas blancas en el lomo. Como es usual en las orugas de esta clase, es tímida, así que no hay nada que temer… aunque según algunos es ligeramente urticante, así que es preferible no tocarla.

Mi hermano tuvo una de estas orugas que fue encontrada a principios de abril, comiendo hojas de ligustro. Ante el desconocimiento acerca de qué otra cosa comía, se le siguió suministrando ligustro; como la zona está plagada de estos arbolitos exóticos, eso no planteó ningún problema.

A los pocos días de tenerla sobre ramitas de ligustro empezó a ponerse lenta y amarillenta, y finalmente tejió a su alrededor un capullo de una seda compacta de color beige, agarrado muy fuerte de unos palitos.

Durante meses nos olvidamos del capullo, hasta que a fines de octubre notamos que había emergido la mariposa que se ve en las fotos, evidentemente después de haber realizado su diapausa invernal. Creo que mi hermano se encargó de rociar el capullo con agua de vez en cuando, para que no se desecara mucho mientras estaba en la casa.

Este es otro de los polillones nocturnos que de día duerme con tanta convicción que es fácil de manipular, cambiar de lugar y llevar de un lado a otro. Después de un día de fotos, fue liberado la noche siguiente en un jardín botánico. Creemos que era un macho, por las antenas pectinadas. De ser así, a pesar que de punta a punta de las alas midió 13 cm, una hembra podría ser todavía más grande.

Como por ahora no tengo otra experiencia para contar sobre la cría de esta especie, te dejo un par de curiosidades que puede que nadie te haya contado antes.

Rothschildia jacobaeae caterpillar: detail of head and legs (left) and back (right). Photos: Gabriela F. Ruellan.
Dos vistas de la oruga de las chilcas
Rothschildia jacobaeae: silk coccoon (left) and empty shell of pupa (right). Photos: Gabriela F. Ruellan.
El capullo de seda, y la pupa (vacía) al lado del mismo

¡Mirá vos!

Hoy escasa en la zona, R. jacobaeae abundó a orillas del Plata hasta la década del 1920. Cuando, a fines del siglo XIX, se introdujo el alumbrado eléctrico, los focos atraían cantidades y se las cazaba por centenares. En invierno había además quienes se dedicaban a recoger sus capullos en las chilcas (se registra una recolección de hasta 500 por día) guardándolos en jaulas. En primavera, al nacer las mariposas, eran muertas inmediatamente para conservar los ejemplares en perfecto estado, ya que los mismos tenían valor comercial en todo el mundo.

De Fauna Argentina: Las mariposas II. Laura Rozenberg, Rosendo Fraga y Diego Cherny.
Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988.

Esto, sumado a la reducción de los pastizales con chilcas, tal vez explica que haya tan pocas de estas mariposas actualmente, a pesar de que sus orugas son capaces de alimentarse de los árboles que cultivamos. Lo tremendo es que esa recolección era para vender ejemplares muertos para coleccionistas de otros países, sin siquiera tomarse el trabajo de criarlas en cantidades para no perder el recurso. Con un poco más de cerebro (del que parece que los humanos nunca tenemos suficiente, a pesar de fanfarronear sobre lo grande que es) se podría haber considerado la posibilidad de usar la seda de estas mariposas.

En el norte de Argentina, los capullos de al menos un par de especies muy parecidas —también del género Rothschildia— se usan para tejer bufandas, ponchos y otras prendas. A esta seda se le dice lanita del monteseda de bolsita o purucha, y se hace deshilando los capullos de donde ya eclosionó la mariposa, es decir que no se mata a las pupas, como en el caso de los gusanos de seda. Un producto local de este tipo crearía trabajo y mariposas.
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